
Esta historia empieza hace años, un día empiezo a seguir por las redes sociales a Elsi, me llama la atención otra mujer que viaja sola por sitios lejanos. Le voy dando ánimos y comento en sus publicaciones.
Elsi, también sabe de mí y creo que a pesar de la lejanía, la simpatía entre ambas empieza a gestarse.
Hace poco más de un año, Elsi, contacta conmigo y me invita a entrar en un grupo de WhatsApp, en el que hay millones de kilómetros, millones de calorías y millones de abrazos. Unos escriben más que otros, pero siempre la amistad, los viajes y la gastronomía están presentes. A varios ya los conocía personalmente, otros los tenía en rrss y otros los conocería este fin de semana.
Hace unos meses, se pone fecha al ya clásico cocido Maragato de este grupo y me apunto. A medida que van dando datos, me entero que voy a entrar (si paso las pruebas pertinentes) a ser parte de «la cofradía de la ecuación perfecta». A saber como son las pruebas, ¿serán difíciles?¿daré la talla?
Y llega el día, el fin de semana pasó, deprisa, fantástico, divertido, pero sin tiempo para pensar, todo fluye….
Es cuando viajo de vuelta, desde Rabanal del Camino hasta mi casa, 850 kilómetros; temperaturas gélidas; mi moto, mi casco y yo, que reflexiono sobre todo lo acontecido y repaso minuciosamente todo y aquí lo escribo para poderlo recordar toda la vida.
Tenía que viajar con mi amiga Mayte, pero unos días antes y por un problema personal no puede venir, contacto con Josep de Mollerusa para ver si quiere que viajemos juntos, tarda un poco en contestarme jajajajajaja, el día antes me comenta que tiene mucho trabajo y que saldrá el sábado. Así que el viernes, a las 6,45 salgo de Barcelona, solitas Lilette y yo, nos enfrentaremos al frio y al cansancio de las vías rápidas para llegar con luz al destino.

Al llegar a Lérida, decido ponerme el traje, hay niebla muy espesa, de la que moja y ya estamos a 0 grados. Llevo 3 capas y varios parches calefactables en la espalda y los pies. Solo paramos para poner gasolina y aprovecho para beber agua y comer algunas barritas energéticas. Al pasar Zaragoza, le pido a la Pilarica que se lleve la niebla y así es, desaparece y el sol me acompaña el resto del viaje.
La parte final del viaje, se me complica porque el sol se está poniendo y lo tengo de cara y me cuesta ver la carretera y las indicaciones del teléfono. Llegamos a Rabanal del Camino pasadas la 5 p.m. y me recibe Cristina, dueña, junto con su hermano del Refugio Hostería donde nos alojaremos. Curiosamente, soy la primera en llegar y me da tiempo de darme una buena ducha caliente para entrar en calor y esperar al resto del grupo.

Al poco rato, llegan Elsi y su perrita Sira y nos fundimos en un enorme abrazo!!!

Hablamos un buen rato hasta que van llegando los compañeros que venían ese mismo viernes. Cada vez que se abre la puerta, nos fundimos en presentaciones, abrazos y empezamos calurosas conversaciones de viajes, motos, aventuras…
Nos preparan una rica cena y cuando el cansancio puede con nosotros, nos vamos a descansar.

El sábado, bajamos a desayunar, siempre acompañados por Sira, que va saludando a cada uno de nosotros y se va paseando por debajo de la mesa…por si pesca algo.
Nos abrigamos bien, la temperatura es de -5 grados, salimos en coches y nos dirigimos por la LE-142 al alto de Foncebadón, donde además de la ermita de Santiago Apóstol, nos encontramos la Cruz de Ferro, parada obligada de los peregrinos para dejar algún objeto o piedra con diferentes frases o nombres. Las encontramos de diferentes idiomas y fechas lejanas. Además, las vistas desde esta carretera son espectaculares.

Seguimos por la misma carretera, curva va, curva viene y una vez pasado Ponferrada, nos dirigimos a Canedo, para visitar el Palacio de Prada. Vale la pena que lo visitéis o al menos consultéis su web: pradaatope.com
El castillo, bodega, viñedos, comedores, tienda, museo y su espectacular iluminación de Navidad no os dejará indiferente.
Nos tomamos allí un vino, café o refresco y aparece Arada con su moto…ya no soy la única!!!



Y llega el gran momento de volver al Refugio para encontrarnos con el resto de compañeros para degustar el Cocido Maragato, eje de nuestro encuentro. Ya estamos casi todos, faltan Xavier que llegará a los postres, también en moto y Josep que llegará, no sabemos cuando, pero llegará!!!
Y ya….sin más comentarios….iniciamos la comida, solo os dejo la foto y vosotros mismos juzgar…

Y llega el momento de que los nuevos pasemos las pruebas para poder ser nombrado cófrade y pasar a ser miembros de la cofradía de la ecuación perfecta y recibir el mandil. Estábamos todos un poco asustados, pero finalmente todos la pasamos, os dejo de muestra el video de mi prueba y podéis reíros a gusto, yo lo pasé genial!!!
Así, entre el nombramiento de nuevos cófrades, agradables conversaciones, música y bailes, destacando los que se marcaron Luz y uno de los camareros y alguna coreografía dirigida por nuestra futura motorista Carla, llegamos al final de nuestra comida y hacemos nuestra foto de grupo.

Nos vamos todos a Astorga, nos comentan que el centro está precioso con las lunes de Navidad y así es. Paseamos un buen rato y paramos a picar algo que nos sirva de cena y en ese momento aparece Josep, le mandamos ubicación y puede cenar con nosotros.

El domingo, desayunamos todos juntos y como me quedan 850 kilómetros de vuelta, cargo la moto y nos despedimos.
Pasaron más cosas pero lo que pasó en Rabanal del Camino….allí se quedó.
Mil gracias a Elsi por organizar el evento y contar conmigo y gracias a todos los que vinieron, se me hizo muy corto para poder conocerlos mejor y disfrutar juntos.
Gracias a:
Javi y Nuria, los dejé a cargo de mis mantecados y chocolate, espero que me dejen un poco para cuando los vaya a recoger.
Carla, joven, alegre, bailona y coreógrafa y nuestra futura motorista!!
Elsi, organizadora, cariñosa, aventurera…
Charo y Arada, enamorados de la vida, la moto y la gastronomía
Cobi y Fran, que amablemente me llevaron en su coche en las salidas, simpáticos y alegres.
Josep, que desde este fin de semana, seguro que contestará los whatsapp con rápidez.
Edna y Fernando, cercanos y cariñosos.
Manel, Marivi y su hijo Marco, amables, simpáticos y bailones.
Xavi, hombre del mundo…
Inma y José María, entrañables y nuestro fotógrafo preferido, la mayoría de fotos son de él.
Abel y Luz, los mejores bailarines.
Sira, la alegría de la huerta.
Cristina, su hermano y personal del Hostal El Refugio por sus atenciones y buen hacer.
Encantada de haberte conocido, espero verte en más ocasiones.😘😘😘
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Un placer por mi parte también!!!! Nos volveremos a ver!!!!!
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